Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1860-1861 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 10 de diciembre de 1860
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 55, 811
Tema: Presupuesto de Fomento

El Sr. VICEPRESIDENTE (Monares): Se abre discusión sobre la enmienda.

El Sr. SAGASTA: Pues pido la palabra en contra, aun cuando la casa parece que ya no tiene remedio.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Monares): Sr. Diputado, parece que es práctica constante, que hallándose admitida una enmienda por el Gobierno y la comisión, no hay discusión sobre ella, sino sobre el artículo.

El Sr. SAGASTA: Creo que, aceptada la enmienda por el Gobierno y la comisión, lo único que hace es modificar el artículo, y que al discutirse éste se discuta con aquella.

Varios Sres. Diputados: Eso es, eso es.

El Sr. SAGASTA: Sí señor; y no voy a combatir, no voy a oponerme al artículo modificado por la enmienda, porque, como he dicho ya la cosa no tiene remedio; sino porque los Sres. Diputados que había en el salón, aunque bastantes en número, han acordado lo contrario de lo que a mí me parecía conveniente, lo contrario a lo que acordó antes la comisión, y lo contrario a lo que el Gobierno ha creído necesario. Pero allá el Gobierno y la comisión se entiendan, que yo nada tengo que ver con esto.

Voy solo a hacer dos ligerísimas observaciones. Es una de ellas la extrañeza que me causa y habrá causado a todos los Sres. Diputados el ver tomar parte a los Representantes de la provincia de Navarra en una discusión de presupuestos, cuando no la toman nunca. Y ¿para qué? ¿Con qué objeto? Nada menos que para aumentar el presupuesto de la Nación; nada menos que para aumentar el número de empleados, y sobre todo para poner en duda las facultades de la diputación provincial de Navarra, que es la que interviene en esos asuntos, en los que se pretende que intervenga ahora el Gobierno. Es más; sin que resulte de esta medida beneficio alguno a la provincia de Navarra, porque yo comprendo que los Diputados de una provincia miren por los intereses de su provincia hasta el punto de olvidarse de los intereses generales del Estado. Esto es mal hecho; no está bien; pero al fin tendrían la disculpa de que lo hacían llevados de un celo excesivo por los intereses de localidad. Pero cuando la provincia de Navarra no tiene interés alguno; cuando la cuestión solo se reduce a la facultad de poder nombrar cuatro o seis empleados, ¿cómo los Diputados por Navarra se han atrevido a faltar a la practica constante de los Representantes de las provincial exentas, de no tomar parte en la discusión de los presupuestos? Comprendo que la tomarán en beneficio de la nación; comprendo que la tomarán para rebajar los gastos; pero tomarla para aumentarlos!

iAh, señores! Entonces, día llegará en que nosotros aumentemos la contribución de Navarra, y sobre la conducta de los Diputados por aquella provincia caerá esa responsabilidad. (El Sr. Navascues pide la palabra.)

Yo no me hubiera opuesto a la enmienda presentada aquí por algunos Sres. Diputados, no me opondría al artículo modificado por esa enmienda , si el Sr. Navascues sacara de esa enmiendo beneficio alguno para la provincia de Navarra; pero cuando de ella no resulta beneficio alguno, que vengan los Representantes de aquella provincia a tomar parte en esta discusión, me parece altamente inconveniente, altamente impolítico; me parece que aquella provincia no tiene nada que agradecer a sus Representantes. Y no insistiré más sobre esto, porque: no parece que la cuestión es tan clara, que no es necesario decir más acerca de ella.

Sólo me limitaré a hacer una súplica al Sr. Ministro de Fomento, ya que el aumento de empleados que aquí se ha acordado, que no ha sido otra cosa, se realice, aun cuando pudiera sucede que si se ha tornado en consideración la enmienda , el Congreso se sirviera ahora desechar el artículo; pero si la aprueba, tenga ententendido el Congreso que no aprueba más que el aumento de empleados; que no sólo aumenta el presupuesto sin beneficio alguno para aquella Provincia, sino sin beneficio alguno para el país.

Pero ya que esto queda reducido al aumento de algunos empleados; ya que el Congreso acuerda el aumento de cuatro, cinco o seis empleados, o los que el Gobierno tenga por Conveniente; ya que van a ser mas los empleados, yo suplico al Sr. Ministro que no coloque a personas nuevas, sino que coloque a algunos de esos cesantes beneméritos que tanto abundan por desgracia.



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